La deficiencia de ácido fólico, que es la versión sintética de B9, también conocida como folato o ácido pteroilglutámico y produce en ciertos grupos de riesgo y determinadas situaciones y patologías:
Embarazo: la anemia por carencia de folatos es muy frecuente en el tercer trimestre de gestación, por el aumento de requerimientos nutricionales.
Edad avanzadas: en la mayoría de los casos se debe a un inadecuado aporte de folatos a través de la dieta.
Prematuros y recién nacidos: se debe a una deficiencia de ácido fólico durante la vida intrauterina, cuando son alimentados con leche pobre en folatos o cuando la, madre lactante es deficiente en este ácido.
Patología intestinal: la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la resección intestinal y los celiacos pueden crear un déficit de ácido fólico como consecuencia de una alteración en su absorción.
Alcoholismo crónico: la deficiencia en estos pacientes se produce por como consecuencia de una menor ingesta, menor absorción y alteración del metabolismo de la vitamina por efecto del alcohol que atrapa los folatos a nivel hepático.
Deficiencia de vitamina B12: el metabolismo de dos nutrientes está relacionado, y la carencia de esta vitamina B12 causa déficit de ácido fólico.
El ácido fólico es necesario para prevenir los defectos del tubo neural en el feto, que son defectos de nacimiento de la médula espinal (espina bífida) y del cerebro ( anencefalia). Los defectos del tubo neural ocurren durante la etapa temprana del desarrollo, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas y por ello es importante que empiecen a tomar ácido fólico antes de empezar el proceso del embarazo.
- Las lentejas.
- Los guisantes y las nueces.
- Los aguacates.
- Las verduras de color verde oscuro como el brócoli, las espinacas, la col rizada, la col de bruselas y los espárragos.
- Las frutas cítricas.
- Panes enriquecidos, cereales y otros productos hechos con granos.
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